el precio de la carne comienza a encontrar un nuevo equilibrio a medida que baja la inflación

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El consumo de carne vacuna ha caído un 15 por ciento en los últimos seis meses, llegando a 45 kilos per cápita, aún con precios valores de la hacienda estancados. Sin embargo, empiezan a verse signos de recuperación que llevarían a un nuevo equilibrio de precios, especialmente a partir del segundo semestre.

Luego de los fuertes desacoples registrados durante la transición de finales de 2023 y primeros meses de 2024, el precio de la carne parece comenzar a encontrar un nuevo equilibrio ya que se puede vislumbrar una lenta recomposición del consumo a medida que el poder adquisitivo de los salarios aminora su deterioro.

Según el último relevamiento de precios minoristas realizado por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), en mayo, el promedio de los diferentes cortes de carne vacuna registró un aumento del 3 por ciento, por debajo de la inflación del mes que fue del 4,2 por ciento.

Si se lo analiza en términos interanuales, en enero de 2024, el precio promedio de la carne subió un 377 por ciento mientras que el promedio general de precios minoristas (IPC) informado por el INDEC se ubicó en el 254 por ciento. «Durante el primer mes del año, la brecha entre ambos indicadores trepaba a 123 puntos porcentuales, movimiento que por ese entonces se observó en muchos otros bienes y servicios, rompiendo abruptamente el equilibrio de precios relativos», repasaron los analistas del ROSGAN, el mercado ganadero de la Bolsa de Comercio de Rosario.

No obstante, la caída del consumo posterior a ese incremento generó un ajuste abrupto en los valores de la carne. De acuerdo con el Ministerio de Bioeconomía, el consumo aparente de carne vacuna per cápita fue inferior a los 50 kilos en el promedio de los últimos 12 meses pero bajó a 45 kilos en el promedio de los últimos 6 meses, lo que representa un descenso del 15% respecto de un año atrás. En este contexto, los precios de la carne se plancharon e incluso tuvieron ligeros retrasos respecto del aumento general de precios del resto de los bienes y servicios locales.

En mayo, sin embargo, comienza a vislumbrarse una mejora incipiente, cierta estabilización del precio de la carne y un nivel de consumo menos retraído. «La realidad es que la carne vacuna en el mercado local sigue estando muy barata respecto de otros alimentos que componen la dieta por lo que, a medida que la inflación siga cediendo mes a mes y los salarios recuperen paulatinamente su capacidad de compra, el consumo de carne debería recuperar parte del terreno perdido, especialmente en el último año», destacó el ROSGAN.

El ganado en pie, de todas maneras, sigue «literalmente planchado» en términos nominales, arrastrando importantes retrasos en términos reales. Recién en mayo la variación interanual del precio del novillito gordo logró equipararse con la inflación mayorista, aunque se trató de un registro aislado que no puede considerarse como un signo de estabilización. Es que la oferta de hacienda sigue siendo alta para la retención que se proyectaba y eso mantiene estancado el precio de la hacienda en pie.

El valor del novillito gordo en Cañuelas oscila desde fines de marzo entre los $2.100 y $2.300 el kilo, casi sin variación en los últimos dos meses y medio. Hoy, los feedlots se encuentran con muy buen nivel de encierre, apenas unos 100 mil animales menos que los que había un año atrás, cuando se encontraban colmados en medio de la sequía. Esto se debe a que la mejora en la relación de compra-venta y la baja de la tasa de interés, volvieron a generar números favorables para el negocio de engorde. Normalmente, a partir de agosto, comienzan a salir los animales terminados, incrementando la oferta. Pero, este año, considerando el elevado stock de animales registrados al 1 de junio, de casi 2 millones de cabezas, se espera una salida ligeramente anticipada.

En lo que va de junio, el envío de animales a faena muestra una mayor salida de novillitos y vaquillonas respecto de mayo, algo que, según el ROSGAN, podría llegar a profundizarse durante la segunda quincena para tomar mayor ritmo ya a partir del mes próximo. Así, en los próximos meses, la mayor oferta estacional podría encontrar un consumidor con un mejor poder de compra para asimilar ese mayor volumen sin deprimir los precios. «En la medida en que el salario real de los consumidores vaya acoplándose a una tasa de inflación más acotada, es esperable observar una recuperación lenta pero sostenida de los niveles de consumo», afirmaron desde el mercado ganadero rosarino.

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