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La AFA tomó nota de lo sucedido con Sansinena, el club de la localidad de General Cerri, cercano a Bahía Blanca, que la semana pasada debió bajarse en mitad del Torneo Federal A (una tercera categoría del fútbol argentino) como consecuencia de sus deficiencias económicas: se quedó sin cuerpo técnico y con sólo cinco jugadores, imposibilitado también de costear los viajes que demanda la competición.
El Tribunal de Disciplina no tuvo contemplaciones con esta tradicional institución del sur bonaerense, que sufrió el temporal que golpeó a la región en diciembre del año pasado, dejando en estado de semidestrucción a su estadio. Sobre llovido, mojado. Los magros resultados deportivos y dificultades para pagar los sueldos derivaron en el final más triste.
El miércoles 12, irónicamente en el día del aniversario 110 de Sansinena, desde la ciudad de Buenos Aires llegó el fallo que termina de decretar la suerte (o la desgracia) del Rojiblanco, o Tripero, tal como se lo conoce en la liga local, donde suele verse las caras con Olimpo y Villa Mitre, los otros dos equipos que pugnan por un lugar en la Primera Nacional.
Bajo el expediente número 5050/24, dedicado a la «deserción» de Sansinena, el fallo del Tribunal consideró como «una actitud antideportiva grave y reprobable» la determinación de la dirigencia del club, argumentando que antes del comienzo había aceptado el reglamento y las posibles sanciones.
El Tribunal resolvió eliminar a Sansinena, decretando que su salida sea considerada como uno de los cuatro descensos estipulados para la categoría. Además, el club quedará inhabilitado para participar de certámenes oficiales del Consejo Federal de Fútbol, que dependen de la AFA, por un plazo de tres años.
Los partidos que le restaban jugar a Sansinena en el torneo, desde la fecha 13 hasta la 18, serán considerados como derrotas por resultado 1-0.
«La deserción del Club Atlético Sansinena Social y Deportivo, se computará como uno de los cuatro -4- descendidos al Torneo Regional Federal Amateur 2025», dice el fallo del Tribunal, con fecha del 12 de junio, el cumpleaños de la institución.
Los motivos del triste desenlace de Sansinena
La historia y el desenlace de Sansinena está atravesada por todos los condimentos que adoban el fútbol argentino. El club de General Cerri, un pueblo a 10 kilómetros de Bahía Blanca que habitan 10 mil personas, asomó la cabeza por fuera de la Liga del Sur, la más antigua del país.
En la liga a la que pertenece compiten 35 equipos de Bahía Blanca y Coronel Rosales, entre los que se destaca Olimpo, por su roce en la máxima categoría del fútbol argentino. El aurinegro, Villa Mitre y Sansinena, además, son los representantes en el Federal A, categoría dos escalones por debajo de la Liga Profesional.
¿Porqué Sansinena puede sintetizar cierto funcionamiento del fútbol argentino en general? Porque es una sociedad civil sin fines de lucro como todos los clubes que integran directa o indirectamente la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y que como muchas instituciones de ese universo está gerenciada.
Gerenciamiento y sociedades anónimas son dos cosas distintas, pero tienen en común una particularidad: cuando desaparecen de los clubes dejan un descalabro institucional que inequívocamente aportan elementos para el mismo análisis.
Los capitales privados son una inyección de dinero que le permiten a los clubes una realidad por fuera de su austeridad. El funcionamiento de Sansinena es el mismo de, por ejemplo, Deportivo Riestra: el club tiene un presidente que se ocupa de casi todo menos del fútbol.
En el club de Cerri, este año volvió a ser presidente Marcelo Di Marco como lo hizo entre 2011 a 2014. Regresó a pedido del vicepresidente Dámaso Larraburu, el hombre fuerte del equipo que competía en el Federal A hasta el fin de semana pasado y que esta semana, tras un éxodo masivo, tuvo que bajarse de la competencia. Es que para el equipo que juega la liga se ocupa el resto de la comisión, tal como sucede para las otras disciplinas del club: vóleibol, básquet, gimnasia, tela, judo, baile, boxeo.
Del mismo modo que Riestra, donde un sponsor –Speed- solventa los gastos fijos del equipo y un hombre -Víctor Stinfale-, toma las decisiones, en Sansinena el hombre fuerte era Larraburu, y el gerenciamiento a cargo de diferentes experiencias.
Larraburu es abogado, fue tres veces diputado por el Justicialismo y también funcionario del Banco Provincia de Buenos Aires. También fue presidente de la Confederación Sur Pampeana que abarca muchas ligas regionales. No es un paracaidista en el fútbol, aunque su mayor exposición se da en el ámbito político.
La única vez que su nombre fue noticia en Policiales, fue cuando en enero de 2021 su perra rottweiler se escapó de la vivienda y atacó en una plaza cercana a una mujer y a su hijo de 5 años, a quien le provocó heridas de gravedad. Larraburu evitó el juicio con resarcimiento económico para las víctimas y tareas comunitarias.
El gerenciamiento de Sansinena
Tres años atrás, los negocios del fútbol profesional fueron para los hermanos Menseguez con su consultora MyM Management. La empresa puso un pie en 2021 y en 2022 hizo un desembarco que terminó mal.
“Ellos son unos de los tantos que gerencian clubes: estaban a full con Deportivo Maipú y cerca de un desarrollo no tan pleno en Defensores de Villa Ramallo. Me presentaron a (el entrenador) Sergio Maza y me llenaron de jugadores que, por lo menos, en un 30 o 40 por ciento no estaban en la línea del Federal», contextualizó con naturalidad Larraburu en una entrevista con “La voz del hincha”.
En ese reportaje, reconoció que tras la salida de los gerenciadores y del DT, el club debió tomar una decisión. «Eso nos llevó a que un julio le diéramos salida a muchísimos jugadores y (el entrenador Darío) Bonjour pasó a tener un plantel tremendamente corto, a veces en los partidos casi no había cambios”, explicó un año atrás, sin eufemismos, en la misma entrevista.
Con MyM afuera, había que encontrar un gerenciador o un facilitador de buena parte de los entre 20 y 30 mil dólares que demanda un mes de competencia, entre viajes, hotelería, sueldos y otros costos fijos.
Con una cuota de dos mil pesos y 8 mil socios, en el mejor de los casos, la recaudación alcanza los 16 millones de pesos y además del fútbol, hay más actividades deportivas. Las cuentas, claramente, no dan.
“A nosotros se nos cayó un sponsor que nunca aportó nada. Era cordobés y se iba a hacer cargo de jugadores, sueldos, hotelería, comidas y viajes y lo único que hizo fue traer los futbolistas, después no aportó nada y los bolsillos nuestros no están adecuados en estos momentos para encarar semejante competencia», asumió el viernes Di Marco, el presidente de la institución, para explicar la renuncia al Federal A.
Sin ese capital y con el déficit que produjo la reconstrucción del estadio y otras dependencias del club destrozadas por el temporal que a finales del año pasado azotó la zona de Bahía Blanca, el dinero comenzó a escasear y se atrasaron los pagos a proveedores y sueldos.
En el medio, Larraburu, el hombre fuerte del fútbol y del Justicialismo en esa región bonaerense, siguió la misma línea que el actual secretario de Turismo, Daniel Scioli, y pasó a las filas libertarias para asumir la intendencia del Parque Nacional Nahuel Huapi en Bariloche. El fútbol ya no es su prioridad.
“Jugar el Federal A con un presupuesto muy bajo como el nuestro y la pérdida del sponsor que iba cubrir la mitad fue determinante. La poca plata que estaba saliendo, casi el cien por ciento, era de Dámaso (Larraburu) o de otro integrante de la Comisión y con eso no se puede manejar el Federal. Tomamos esta decisión para no embargar el club porque de acá a seis meses esto iba a terminar destrozado totalmente”, analizó el presidente que espera una sanción por parte del Consejo Federal de la AFA.
«No tuvimos ninguna respuesta (de la AFA). Me imagino que vamos a tener alguna sanción que, por lo que dice el reglamento, la deportiva es de dos a tres años de suspensión en categorías federales. Si llegara alguna multa económica, en lo personal, voy a apelar pero esto es en conjunto y no una decisión mía», adelantó.
Los casos de éxito de gerenciamientos encubiertos que esperanzan la entrada de capitales privados para privatizar clubes, se cuentan cuando están en marcha. Con Deportivo Riestra en la elite del fútbol argentino o el modesto Defensa y Justicia levantando la Copa Sudamericana.
Habrá que ver qué sucede con El Malevo o el Halcón -entre otros- cuando no estén detrás los Stinfale o los Bragarnik. Al final del cuento, parece, los capitales golondrina no son negocio para los clubes que terminan como Sansinena.
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