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El acto delictivo ocurrió en la Escuela Primaria N°75, ubicada en la intersección de las calles Chile e Irala, en Quilmes Oeste, donde el grupo de ladrones aprovechó la tranquilidad del fin de semana largo para ingresar a la institución. Habrían entrado por la medianera de una casa abandonada que se encuentra a un lado del colegio.
Los malvivientes se llevaron una bomba de agua, útiles escolares, cajas de alimentos que estaban destinadas a las familias de los alumnos y algunos huevos de pascuas que habían sido preparados en la escuela especialmente para los niños.
Sin embargo, esto no fue lo peor del paso de los ladrones por la escuela, sino que también provocaron múltiples daños: derramaron aceite por los pisos, destrozaron los armarios, y orinaron y defecaron en las aulas.
El día miércoles 3 de abril, los trabajadores del lugar llegaron para cumplir sus jornadas habituales y vieron todo el destrozo. Debido a los daños causados tuvieron que cancelar las clases nuevamente. Esa misma noche, los ladrones aprovecharon e ingresaron otra vez para robarse computadoras y otros equipos esenciales para los profesores.
La escuela no posee cámaras de seguridad, por lo que no se puede saber la hora ni el día exacto en el que sucedieron los hechos, así como tampoco identificar a los responsables. Por su parte, los directivos comentaron que «es imposible reponer lo perdido», y expresaron: «Estamos sumidos en una profunda tristeza». Las clases aún no fueron retomadas en esta escuela.
Delincuencia en escuelas bonaerenses
Hace tan solo tres días, dos escuelas porteñas sufrieron un robo masivo de material. El primer siniestro ocurrió en Coghlan, donde robaron casi 140 tablets, luego una escuela lindante al Hipódromo de Palermo sufrió el robo de 200 más. Según indicó el medio La Nación, ya van más de 650 dispositivos electrónicos (en su mayoría computadoras) atracados a escuelas en lo que va del año, de las cuales se recuperaron solo 67 unidades.
El descaro de los delincuentes es tal, que la mayoría de estos artefactos ya aparecen a la venta en diferentes aplicaciones de venta, como Facebook Marketplace. Incluso, se ha llegado a pedir más de 50 dólares por cada uno, aunque el precio es «negociable», indicaron los delincuentes en la publicación.
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