Las protestas en campus universitarios les permiten a Rusia, China e Irán explotar divisiones en EE.UU.

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Un artículo de un medio de noticias en línea falso que Meta ha vinculado con operaciones de información de Rusia afirmaba que los enfrentamientos en campus universitarios de Estados Unidos se debían a las fallas de la administración de Biden.

Un diario controlado por el Partido Comunista de China indicaba que las medidas enérgicas de la policía eran una muestra de “la doble moral y la hipocresía” imperantes en Estados Unidos en materia de libertad de expresión.

En la plataforma de redes sociales X, un vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán, Nasser Kanaani, publicó una caricatura en la que se ve a la policía arrestar a un manifestante joven con un disfraz de la Estatua de la Libertad.

Escribió: “Imprisonment of #freedom in the U.S.A.” (aprisionamiento de la libertad en EE.UU.).

A medida que se han ido propagando por Estados Unidos las manifestaciones contra la guerra en la Franja de Gaza, Rusia, China e Irán las han aprovechado para ganar puntos geopolíticos en el exterior y avivar las tensiones en el interior de Estados Unidos, según algunos investigadores que identificaron acciones abiertas y también encubiertas de esos países con el propósito de amplificar las protestas desde su inicio.

Hay pocas pruebas —al menos hasta ahora— de que esos países les hayan dado apoyo material o de organización a las protestas, como cuando Rusia reclutó a manifestantes del movimiento Black Lives Matter, sin que se dieran cuenta de quién estaba detrás, para organizar protestas antes de las elecciones presidenciales de 2016 y 2020.

De cualquier manera, las campañas han retratado a Estados Unidos como un país desgarrado por tormentas sociales y políticas.

Tan solo en las dos últimas semanas, medios estatales en Rusia, China e Irán han producido casi 400 artículos en inglés sobre las manifestaciones, según NewsGuard, organización que identifica información falsa online.

La policía de Nueva York desplegó equipos pesados para entrar en el Hamilton Hall ocupado en Columbia esta semana. Algunas cuentas vinculadas a China han criticado la respuesta de las fuerzas del orden a las protestas como hipócrita. Foto Bing Guan for The New York TimesLa policía de Nueva York desplegó equipos pesados para entrar en el Hamilton Hall ocupado en Columbia esta semana. Algunas cuentas vinculadas a China han criticado la respuesta de las fuerzas del orden a las protestas como hipócrita. Foto Bing Guan for The New York Times

Esos países también han lanzado una oleada de contenido a través de cuentas falsas o bots en X y en Telegram o en sitios web creados, en el caso de Rusia, con el propósito de imitar organizaciones noticiosas de Occidente.

“Es una herida a la que nuestros adversarios intentarán echarle sal porque pueden hacerlo”, comentó Darren Linvill, director de Media Forensics Hub en la Universidad Clemson, que ha identificado campañas de los tres países.

“Mientras más peleemos entre nosotros, más fácil les haremos la vida y podrán salirse con la suya en más situaciones”.

Elecciones

A los investigadores les preocupa que algunas operaciones de influencia extranjera también se centren en las elecciones presidenciales de noviembre, con el objetivo de enardecer las tensiones partidistas, denigrar la democracia y promover el aislacionismo.

Los tres adversarios han lanzado una avalancha de propaganda y desinformación desde que estalló la guerra por Gaza en octubre con el fin de debilitar a Israel y a su aliado principal, Estados Unidos, además de expresarle apoyo a Hamás o a los palestinos en general.

Las manifestaciones en campus, que ganaron ímpetu en las últimas semanas, les han permitido cambiar su propaganda y enfocarse en el sólido apoyo del gobierno de Biden a Israel, lo que, según dicen, ha socavado su posición internacional y no refleja el ánimo popular en casa.

“Las políticas del gobierno de Biden están complicando la situación al interior del país”, señalaba el miércoles el artículo de TruthGate, uno de varios sitios web que, según reportó el año pasado Meta, fueron creados por una operación de información rusa conocida como Doppelgänger para difundir propaganda presentándose como medios de noticias estadounidenses.

“Por apresurarse a ayudar a nuestros aliados controvertidos, se olvidaron por completo de los problemas internos. Ahora, la situación parece irreparable”.

Las protestas han desplazado el foco de la propaganda hacia el firme apoyo de la administración Biden a Israel, argumentando que Estados Unidos ha socavado su posición mundial. 
Foto Bing Guan para The New York TimesLas protestas han desplazado el foco de la propaganda hacia el firme apoyo de la administración Biden a Israel, argumentando que Estados Unidos ha socavado su posición mundial.
Foto Bing Guan para The New York Times

Los investigadores de Clemson y NewsGuard, así como el Instituto para el Diálogo Estratégico, la Fundación para la Defensa de las Democracias, el Instituto Australiano de Política Estratégica y Recorded Future, una empresa especializada en inteligencia sobre amenazas, han monitoreado las acciones dirigidas a ejercer influencia.

Una campaña china encubierta para ejercer influencia conocida como Spamouflage, que se vinculó en primera instancia con una división del Ministerio de Seguridad Pública en 2019, también les ha puesto atención a las protestas.

Algunas publicaciones en X indicaban que Estados Unidos “MUESTRA ACTITUDES DE TOTALITARISMO”.

Mensajes similares —“¿Cómo es posible que haya policías tan hostiles en el mundo?” y “¡Expulsión, arresto, supresión!”, por ejemplo— se reprodujeron en varias cuentas identificadas por la Fundación para la Defensa de las Democracias, organización de investigación con sede en Washington especializada en seguridad nacional.

Max Lesser, analista sénior de la fundación, describió el “volumen elevado” de contenido relacionado con las protestas como “un ejemplo claro de la forma en que los adversarios extranjeros explotan activamente una crisis interna en desarrollo”.

Muchas de las cuentas vinculadas con Spamouflage comparten contenido similar.

Una de X, con casi 18.000 seguidores, retuiteó una publicación de un diplomático chino en Pakistán en la que criticaba la respuesta de la policía a los estudiantes que salieron a protestar e incluía una grabación con subtítulos en mandarín de las manifestaciones en el campus.

Su foto de perfil era una imagen de Winter, la cantante de pop de Corea del Sur.

Aunque señalaba que su ubicación era Estados Unidos, por lo regular publicaba durante las horas diurnas de Asia y su contenido incluía errores gramaticales frecuentes.

Otra cuenta de X, que según Linvill estaba relacionada con una operación de influencia encubierta de China que algunos investigadores llaman Dragonbridge, compartió un mensaje publicado por una prominente organización propalestina en la ciudad de Nueva York que convocaba a los manifestantes a “inundar los campamentos” en las universidades de la ciudad.

Sin embargo, los investigadores no han detectado una campaña directa para organizar manifestaciones o provocar actos de violencia.

Más bien, el enfoque ha sido resaltar las divisiones en la opinión pública de Estados Unidos que ha dejado expuestas la guerra en Gaza, así como su posible efecto en la política pública.

Melanie Smith, directora de investigación del Instituto para el Diálogo Estratégico, organización de investigación que estudia la desinformación, la polarización y el extremismo en línea, enfatizó que las acciones de China ahora son mucho más agresivas contra el gobierno de Biden.

Su organización y otras identificaron con anterioridad una campaña incipiente con el propósito de socavar las posibilidades de reelección del presidente Joe Biden.

Como parte de esa campaña, se crearon cuentas falsas que aparentan ser de estadounidenses en desacuerdo con las políticas de Biden.

“Su contenido habla con relativa agresividad sobre las pocas probabilidades de que los jóvenes voten por Biden debido a este problema”, explicó Smith sobre la respuesta china a las manifestaciones.

Bret Schafer, investigador sénior del German Marshall Fund que estudia la manipulación de información, indicó que China, Rusia e Irán tienen motivaciones diferentes para involucrarse.

No obstante, a todos ellos les beneficia resaltar narrativas que dañan la percepción global sobre Estados Unidos.

Añadió que los medios estatales de Irán, que desde hace tiempo han apoyado a Hamás, han publicado más sobre las protestas que Rusia o China, además de que han amplificado las críticas a la respuesta policial de comentaristas estadounidenses como Jackson Hinkle.

c.2024 The New York Times Company

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