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Para los españoles, las elecciones de este domingo al Parlamento europeo tienen un valor que va más allá de los eurodiputados que España aporta a la Eurocámara: serán interpretadas en clave nacional y permitirán medir la térmica social de apoyo o rechazo a la gestión del gobierno de coalición de izquierdas que lidera el socialdemócrata Pedro Sánchez.
Unos 38 millones de ciudadanos pueden votar -no es obligatorio- este domingo en España, el cuarto país de la Unión Europea en población y, por lo tanto, en cantidad de eurodiputados para ubicar en el Parlamento, detrás de Alemania, Francia e Italia.
Son las novenas elecciones europeas en las que participa España desde que ingresó a la Unión, en 1986.
Y lo que los españoles decidan este domingo sentará a 61 eurodiputados en Estrasburgo, sede del Parlamento europeo que integran 720 bancas repartidas entre los 27 países que integran la Unión Europea.
Este domingo los españoles llegan fatigados a las urnas. En lo que va del año ya hubo elecciones en Galicia, en el País Vasco y en Cataluña.
Sin embargo, es la primera vez que los dos partidos mayoritarios en España, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y el Partido Popular (PP), se van a medir a nivel nacional desde las elecciones nacionales de julio del año pasado.
Por entonces, el PP fue el más votado, pero no consiguió los apoyos necesarias para alcanzar la mayoría imprescindible para formar gobierno, posibilidad que sí tuvo el PSOE: su secretario general, Pedro Sánchez, consiguió su reelección con el apoyo de los partidos independentistas catalanes y vascos.
El Parlamento para los próximos cinco años
A pesar de que las elecciones europeas no suelen despertar adhesiones masivas por parte la población, los candidatos se esforzaron en subrayar la importancia de estos comicios en los que la izquierda y la derecha -favorita en estas europeas- se juegan el poder territorial para los próximos cinco años.
Algunos países, como Holanda, votaron ya el 6 de junio. Y otros, como Italia, ofrecen a los suyos asistir a las urnas durante todo el fin de semana.
Por qué importan estas elecciones
En España, por ejemplo, es crucial la configuración del Parlamento europeo: el 53 por ciento de las leyes aprobadas en España derivan de directivas de la Unión Europea, como las ayudas para los agricultores, las cuotas permitidas de pesca de los pescadores españoles o las normativas para la producción automotriz.
Las ayudas europeas a Ucrania, luego de la invasión rusa de febrero de 2022, también se deciden allí.
Hasta las dos de la tarde había votado el 27,7 por ciento de los españoles, siete puntos menos de quienes lo hicieron a esa hora en las últimas elecciones europeas de 2019 que contaron con más afluencia tal vez porque coincidieron con comicios locales, municipales y regionales autonómicas.
Unas 600 mil personas votaron por correo, cifra que duplica la de 2014, últimas elecciones al Parlamento europeo que, como las de este domingo, no se superpusieron con otras citas electorales internas.
Campaña a la española
Fue, sin embargo, una campaña electoral en la que se habló poco de Europa y demasiado de asuntos domésticos como la investigación que un juez de Madrid sigue a la esposa del presidente Sánchez, Begoña Gómez -quien está citada a declarar el 5 de julio-, o los casos de posible corrupción en la compra de barbijos y material sanitario durante los días más trágicos de la pandemia de Covid.
Hasta la crisis diplomática entre España y Argentina fue utilizada como dardo electoralista entre el PSOE de Sánchez y los principales partidos de la oposición, PP y Vox.
La crisis con Argentina se coló en la campaña
Las relaciones entre nuestro país y España se tensaron hace tres semanas cuando en su visita a Madrid, el presidente argentino Javier Milei aludió, sin nombrarla, a la esposa de Pedro Sánchez como “corrupta”. Milei había sido previamente agraviado por un ministro del gobierno de Sánchez, que había insinuado que el presidente argentino consumía “sustancias”.
España respondió a los dichos de Javier Milei retirando a su embajadora de Buenos Aires, medida que los partidos de derecha criticaron y consideraron tan excesiva como electoralista.
Sánchez, por su parte, capitalizó las declaraciones de Milei, cuando en el último festival de Vox arengó a no ceder “ni un milímetro a los zurdos”, y las utilizó en la campaña del PSOE para las europeas de este domingo.
“Todos vamos a votar con la zurda para frenar a la ultraderecha”, exhortó el presidente del gobierno español durante el acto de cierre de su candidata a eurodiputada, Teresa Ribera, quien fue hasta ahora su vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Con pins de “Soy zurdo”/“Soy zurda” y un corazón, Sánchez se calzó una remera con la leyenda “Somos zurdas” y llamó a elegir a su partido.
En España se puede votar hasta las ocho de la noche (cinco horas menos en Argentina). Pero los resultados recién se podrán conocer a partir de las once de la noche, hora local, cuando se cierren los últimos colegios electorales en Italia.
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