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Dentro del expediente, hay algunas pruebas que fueron claves para su procesamiento, y una de ellas fueron los audios de la mujer, en los que estaría hablando con Gustavo Cilia, su pareja y amigo de Espinoza en el momento en que ocurrieron los supuestos abusos. «¿Eso consideras lo mejor? De un tipo que me abusó. Me rompió la camisa, me tiro sobre la cama, me obligaba una y otra vez a bajarme el pantalón, me forcejeó», comenzó diciendo la víctima en el mensaje.
Y continuó: «Me besó sin mi consentimiento. Me tiró en la cama, el tipo es grandote. Es hombre, yo soy una mujer. Me largué a llorar y no podía más». Los audios se presentaron como prueba en la causa judicial.
La magistrada afirmó en su resolución: «Luce más acertado y natural pensar que la damnificada padeció inesperadamente los tocamientos impúdicos sobre su cuerpo sin su consentimiento por parte de quien se trataba de su jefe en ese entonces y de una persona pública, y de la manera que pudo denunció lo ocurrido, con angustia y perturbada producto del accionar sorpresivo y deliberado del imputado de avasallar su libertad sexual aprovechando su autoridad, que la coloca naturalmente, por su rol, en una situación de desventaja».
El caso de abuso sexual de Fernando Espinoza
El hecho denunciado ocurrió el 10 de mayo del 2021 en el departamento de la víctima, ubicado en la Ciudad de Buenos Aires, donde se habrían encontrado para hablar sobre el trabajo.
La mujer recordó que durante la cena el intendente estaba contracturado, por lo que le había pedido que le haga unos masajes. Ella habría rechazado el pedido, y lo habría mandado a descansar, a lo que él respondió: «No tengas miedo, dale», y procedió a desabrocharse la camisa.
«Fernando, no sé que vas a hacer pero te pido que no, te pido que te vayas de mi casa», le dijo Melody. Sin embargo, Espinoza ignoró el pedido, se fue a la habitación, se quitó todas las prendas, menos la ropa interior. Cuando ella pidió que se fuera, «el imputado la sujetó fuertemente, indicando la víctima que no recordaba exactamente cómo pasó, pero que él logró terminar encima de ella en la cama», indicó la denuncia presentada.
En ese momento, el funcionario comenzó a besar a la mujer en la zona de sus senos, y a tocarla por encima de la ropa mientras le decía: «Quedate tranquila, siempre te tuve ganas, va a estar todo bien», y le pedía que le practicara sexo oral. Al mismo tiempo, él intentaba quitarle la ropa hasta que le rompió la camisa que ella tenía puesta. Incluso, Espinoza intentó bajarse su propia ropa interior, pero no lo logró gracias a los esfuerzos de la víctima.
Al notar que la mujer no cedía a sus pedidos, el intendente le dijo: «Bueno listo, ya está, se terminó todo, me voy, no te preocupes». La víctima afirmó: «Me lo dijo de una manera amenazante, con un tono de poder que él sabía que es mi jefe». Luego, Melody le preguntó si estaba pensando en echarla, a lo que él respondió: «No, lo que pasa en el trabajo es cosa del trabajo», y agregó al irse: «Sos una boluda, no sabes lo que te perdés, pero bueno, allá vos».
Raskaukas expresó que tuvo mucho miedo y que intentó suicidarse, y también que en el trabajo le dijeron que estaba haciendo algunas cosas mal, que no le quedaba mucho tiempo allí, lo cual ella lo tomó como amenazas de muerte hacia su persona.
La valoración de la jueza
La jueza, por su parte, expresó: «En los delitos contra la integridad sexual, el testimonio de la víctima resulta naturalmente una prueba dirimente, toda vez que son hechos que, por su propia naturaleza, suelen tener lugar en ámbitos de intimidad y confianza, exento de las miradas de terceros».
Y añadió: «El relato de la víctima asegurando haber sufrido esos tocamientos impúdicos sobre su cuerpo sin autorización, se encuentra respaldado con las conclusiones de los especialistas en la materia que la entrevistaron durante el desarrollo de la pesquisa dando cuenta de los efectos producidos en ella a partir de lo ocurrido».
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